Death Metal: Comics, Arte y Sexo: Un cuentito del guionista de Death Metal: El sepulcro sin nombre

martes, 28 de mayo de 2013

Un cuentito del guionista de Death Metal: El sepulcro sin nombre

12:57 | Publicado por José de la Cuadra jr.

Escapando de la cruel rutina de la ciudad busque refugio en el pateón familiar. El viento cálido ululaba entre las tumbas contiguas haciéndome perder el sentido del tiempo y sin darme cuenta la noche se había apoderado del cielo al ver la posibilidad de pasar la noche haciéndole compañía a los muertos corrí intranquilo por entre tumbas desconocidas dejando atrás el pateón de mi familia hasta que finalmente cruce la antigua reja que separaba la ciudad de los muertos con la de los vivos pero antes de alejarme del lugar un perfume singular inundo mis fosas nasales congelándome en el lugar, voltee mi mirada tratando de encontrar la fuente de aquel aroma pero lo único que veía eran las blancas tumbas y sombras perturbadoras que se refugiaban detrás de estas. Camine de regreso al camposanto en pos de aquella fragancia adentrándome entre el infinito laberinto de tumbas olvidadas y mausoleos derruidos hasta que me tope con un pequeño sepulcro olvidado y sin nombre rodeado de espinas de cuyo centro parecía emanar aquel aroma que me había dominado. El ver aquella tumba desatendida de esa forma lleno mi corazón de un dolor tan profundo que luego de limpiarla me arrodille sobre aquellos espinas y abrace la tumba con la esperanza de darle a su ocupante la sensación de que no había sido olvidado por completo, que alguien si lo recordaba y mientras mas la abrazaba mas aletargado me sentía hasta que el sueño me venció.

¿Cuánto tiempo habría pasado? No puedo estar seguro, solo se que habría dormido sobre esa tumba desconocida por siempre de no haber sido sacudido por una fría mano que me devolvió el aliento. Al abrir los ojos la luz de la luna llena me permitió observar a quien me había sacado de aquel extraño letargo; era una hermosa joven de piel pálida y estilizada como un egipcio antiguo pintado de blanco, sus ojos violetas me observaban complacidos, llenos de una vana satisfacción << Gracias >> me dijo con una voz suave, casi como en un susurro mientras me ayudaba a levantarme. No estaba seguro de porque me agradecía y cuando trate de preguntárselo las palabras no salieron de mi boca, tan solo emergieron balbuceos incoherentes, ella sonrió y tomando mi mano me guio por el interminable caos de tumbas hasta que abandonamos el cementerio para disfrutar de la ciudad y sus luces fantasmales y cuando nos hartamos de ellas corrimos hacia mi habitación para disfrutar de nuestros cuerpos en un danzar de carne y sudor como nunca antes había sentido y justo cuando creí que mi éxtasis seria eterno los primeros rayos de la mañana se filtraron en mi cuarto haciendo que aquella pálida belleza se diluyera en mis brazos para mi terror y asombro. La busque desesperado queriendo un poco más de aquel místico momento que me dio a probar. La busque por todos lados hasta me atreví a regresar a aquel sepulcro sin nombre pero no había nadie, solo una nota escrita con sangre diciéndome que volvería cada noche de luna llena para amarnos igual si a cambio alimentaba las zarzas con mi sangre, desesperado por volverla a ver renuncie a todo, a mi cordura, incluso a mi propia vida con tal de volverla a ver.

Escribo estas líneas con mi última halito de vida con la esperanza de que nadie más caiga en las garras de este delicioso y cruel ser ya que una vez que pruebas los labios de la muerte no hay vuelta atrás.

Un cuentito del guionista de Death Metal: El sepulcro sin nombre

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